En el marco de Ciclo de Ateneos organizado por Entelai, tuvimos el placer de recibir a Cecilia Danesi. Cecilia es Abogada de la UBA y Magister en Derecho de Daños de la Universidad de Girona. Además, es Investigadora y Docente en la asignatura Inteligencia Artificial y Derecho en la UBA.
Su disertación fue sobre la interrelación entre la Inteligencia Artificial y el derecho, y nos contestó algunas preguntas:

¿Qué tipo de legislaciones existen hoy en día a nivel mundial, y particularmente en Argentina, sobre IA?
El primer problema que nos encontramos en materia de IA es el vacío legal. En líneas generales, no existen normas que la regulen por eso —hoy por hoy— debemos recurrir a institutos jurídicos análogos. Sí existen algunas regulaciones en materia de vehículos autónomos —principalmente— en cuanto a la autorización que requieren para su prueba en la vía pública. La Unión Europea y Estados Unidos están en miras de dictar reglamentaciones. En efecto, éste último tiene un proyecto de ley denominado “The Algorithmic Accountability Act” que busca, entre otras cosas, que las empresas realicen evaluaciones de impacto.

¿La explosión de la IA en los últimos años de qué forma se ve reflejada en las nuevas legislaciones?
Lamentablemente, la característica de los ordenamientos jurídicos es que siempre llegan demasiado tarde para receptar los fenómenos sociales. Un claro ejemplo fue, en su momento, la ley de divorcio. La particularidad que encarnan las nuevas tecnologías y, en especial la IA, es que su avance incesante y desmesurado pone más en evidencia la lentitud del ordenamiento legal. Si bien la Unión Europea y la ONU emitieron varias resoluciones destacando la necesidad de una regulación, aún no existe ninguna norma específica. En Argentina, se encuentra en desarrollo el Plan Nacional de IA que pertenece a la órbita del Poder Ejecutivo.

¿Crees que las regulaciones actuales son muy restrictivas?
En mi opinión, algunas regulaciones vigentes quedaron desactualizadas frente a las tecnologías emergentes. Poseen exigencias para las empresas que en la práctica son de imposible cumplimiento. Eso pone en evidencia que las legislaciones que se dicten en el futuro deben crearse mediante el diálogo interdisciplinario. Con ello, se logrará un ordenamiento jurídico armónico que resguarde los derechos de las personas, que promueva la innovación y que sea acorde a las tecnologías actuales.

Agradecemos a Cecilia por su excelsa participación.